Éste es un sub-blog de www.literaliamexico.blogspot.com. La promoción del autor, como escritor de cuento, novela, poesía y ensayo, es con el único fin de ofrecer al público lector una mirada retrospectiva de la obra de Arturo Juárez Muñoz, como pilar del proyecto de desarrollo y apoyo a jóvenes escritores.

viernes, 2 de marzo de 2012

TU RISA





"Poema tomado del Libro Icosaedro, ganador del Tercer Certamen Internacional de Poesía Imprimátur (España), el pasado agosto del 2011, como un justo reconocimiento a mi compañera de vida, quien con su amor, aliento, dedicación, tenacidad, y sobre todo, su incomparable sonrisa, me brindaron el apoyo e inspiración para este logro."

Con amor:
Arturo Juárez Muñoz






TU RISA
A mi esposa

Tu risa es al mar como la flecha al viento.
Bucólico bocado que alimenta el alma,
enjambre sonoro de infinita calma,
que brota en estallidos con tu aliento.

Tu risa es al sol como lo es el hada al cuento.
Vibrante, agita el humor de mi estadía,
contigo el aire se invade de alegría,
que une en carrusel cada momento.

Sin ella, por Dios, no sé qué haría.
Se ha vuelto sal, esencia, elemento
vital que acentúa lo que presiento,
razón fundamental del alma mía.

INCIENSO







“Cuando eres niño, las tardes preñadas de tempestades diluviales nos dejan océanos para saltarlos de dos en tres.
No conoces el hambre porque no usas reloj;
ni  extrañas lo que no tienes ni anhelas no lo que no conoces.
Sólo vuelas trepado entre las plumas de las aves
y miras el día como un infinito acontecer.
De niño, a tu padre,  no puedes decirle adiós.”










INCIENSO
A la muerte de mi padre

De incienso etéreo se llena la casa,
anunciando con su aroma, inescrutable final.
Costumbre ancestral vuelta rito mecánico
que rechina sus goznes oxidados.
Cual densa capa de suerte embravecida por el luto,
sus pálidas volutas se esparcen por todos los rincones.
En cada habitación se quedará cual inquilino
pertrechado como clavel en el ojal.

Sólo espero que mi piel no se tueste, como grano de café,
acosada por el fuego para después, en acrobacia evanescente,
brotar por las baldosas llorando un manantial.
Incienso, bruma cosida a mis recuerdos
sin aguja y sin dedal, metida a fuerza de vencer
mi sueño infantil y convertirse en huella.
Mis ojos ya no lloran, los de los demás también,
mientras él reposa tendido sin podernos mirar.

 
Arturo Juárez Muñoz